Este pueblo
*** Canción del día: Tango por una cabeza de Carlos Gardel ***
Cuando uno llega a este pueblo por primera vez, le parece un pueblo falso y prefabricado. Parece que estás en el desierto de Tabernas, que las casas están apuntaladas por detrás y que las personas que se pasean por sus calles no son reales, sino contratadas por el Ayuntamiento para un vídeo promocional.
Cuando sales por la noche, notas que eres extraño, porque la música no es la tuya y las copas cuestan 6 euros y huelen a Nenuco desde la distancia. Sales sin maquillaje, sin tacones, con aquellos vaqueros que son comodísimos (pero no cuestan medio sueldo mínimo interprofesional) y parece que la gente te mira como a una iguana en medio del desierto.
Vas amoldándote, vas conociendo a personas que podrías llevar a Málaga al bar Lo Güeno a comerte unas croquetillas con los dedos. Y ves que no estás solo.
Luego empiezas a compartir fluidos con peña de otras comunidades autónomas y piensas que no todo está tan mal. Que puedes construirte una burbuja protectora y que nunca te parecerás a esas niñas que se levantan a las cinco de la mañana para hacerse la sesión de manicura, pedicura, peluquería, maquillaje, elección de modelito, para ir a la Biblioteca.
Y el último paso es que estás terminando la asquerosa carrera y te da pena irte porque el pueblo es simple y siempre hay un pijo del que reírte cuando estás de bajón.
Cuando uno llega a este pueblo por primera vez, le parece un pueblo falso y prefabricado. Parece que estás en el desierto de Tabernas, que las casas están apuntaladas por detrás y que las personas que se pasean por sus calles no son reales, sino contratadas por el Ayuntamiento para un vídeo promocional.
Cuando sales por la noche, notas que eres extraño, porque la música no es la tuya y las copas cuestan 6 euros y huelen a Nenuco desde la distancia. Sales sin maquillaje, sin tacones, con aquellos vaqueros que son comodísimos (pero no cuestan medio sueldo mínimo interprofesional) y parece que la gente te mira como a una iguana en medio del desierto.
Vas amoldándote, vas conociendo a personas que podrías llevar a Málaga al bar Lo Güeno a comerte unas croquetillas con los dedos. Y ves que no estás solo.
Luego empiezas a compartir fluidos con peña de otras comunidades autónomas y piensas que no todo está tan mal. Que puedes construirte una burbuja protectora y que nunca te parecerás a esas niñas que se levantan a las cinco de la mañana para hacerse la sesión de manicura, pedicura, peluquería, maquillaje, elección de modelito, para ir a la Biblioteca.
Y el último paso es que estás terminando la asquerosa carrera y te da pena irte porque el pueblo es simple y siempre hay un pijo del que reírte cuando estás de bajón.
7 comentarios
hija adoptiva -
1 saludo
Cide -
Mi abuelo decía que el tango eran "lamentos de cabrón". Creo que es la mejor definición que he oído del tango.
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...
yo recuerdo:
no tenías casi nada que ponerte.
Hoy usas ajuar de seda con rosita rococó.
Me revienta tu presencia,
pagaría por no verte.
Si hasta el nombre te has cambiado
como cambiaste de suerte.
Ya no sos mi Margarita,
ahora te llamas Margot.
Hace falta ser muy cabrón para cantarle eso a una mujer. Me encanta el tango.
Pilufa -
Xoel -
seis euros es una puta pasada menos mal que algunos bebemos de gorra o en casa.
mis noches sin dormir son de dolor, asi que no escucho nada de hadas...
besines
Juls -
Las noches sin dormir, son muy productivas, se suelen aparecer fantasmas, que te dictan al oído preciosos cuentos de hadas... Sólo tienes que apuntarlos, para que la fresca mañana no te los sople y se los lleve.
Cide:
¿A que ese tango es precioso y da ganas de aprender a bailar?
Cide -
Duvernet -
PD: Si fuera general de artillería haría practicas de tiro con el pueblo, y que Dios decida quienes son los buenos. Ante Dios, y ante los gusanos, lo mismo vale un Rey que un mendigo; o eso dicen.