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me mata este Pueblo

Crónicas de Villanueva

Crónicas de Villanueva

El viernes, en el tren Málaga-Madrid, una vocecilla interior me cantaba al oído esa canción de Luz Casal que se llama “Vengo del Norte” y yo no sabía porqué. 

El sábado conocí a un niño gallego que mira con profundidad y que me sentó más bien que una burbuja de oxígeno azul en una tarde de claustrofobia.

Hemos disfrutado de un par de Gin Tonics, le he visto menear sus hombros con arte infinito, hemos hablado de ciertas cosas importantes y luego sin despedirme como dDios manda, le dejé en su cama (que es la más cómoda del mundo) medio dormido y espectacular como una estatua griega.

Crying

Crying Estos últimos días, mi padre me pone un puñado de jazmines junto a la cama y me dice que son “para que sueñe gloria bendita”.

Creo que me nota que estoy triste y por eso me prepara la cena y me recoge flores. Por eso cuando le digo que voy a comprarme un perro, o que me voy a Tarifa en septiembre, o que en enero me llevo a mi madre a Berlín, todo le parece fenomenal.

Todo esto me está empezando a dar miedo, cada vez nos parecemos más a los Brady.

*** Canción recomendada: “Crying” de Björk ***

Disculpen las molestias

Disculpen las molestias Estoy de fiesta celebrando mi graduación.

Volveré un día de éstos.

Saludos desde la dirección.

acqua

La superficie del agua de mi vaso, se refleja en la pared de la izquierda, iluminada por el flexo que odio tanto.

Es la primera vez que lo veo. La primera y la última, todo de golpe.

Es bonito

Se acabó de María Jiménez...

Se acabó de María Jiménez... ¡Se me acaba el chollo, amigos!.

Después de empezar tres carreras, he conseguido terminar una y ya no hay excusa para seguir con el síndrome Peter Pan.

Estoy recogiendo la pequeña buhardilla, despegando todas las fotos, los carteles, metiendo mis recuerdos en cajas y para no apenarme (no puedo permitírmelo), he mandado a mi cerebro hacer un recuento de estos últimos 18 meses:

Nº de amigos encontrados: 5 (pero de los de verdad)
Nº de tíos con los que me he dormido: 7
Nº de tíos con los que he follado y me he arrepentido: 1
Nº de bajadas a Madrid: 35-40
Nº de conciertos: 4
Nº de exposiciones: 13
Nº de puntos en la barbilla por caída accidental: 5
Nº de viajes a otras ciudades: 7
Nº de apartamentos estrenados: 1
Nº de CARRERAS TERMINADAS: 1 (Ole, ole, ole)
Nº de mudanzas: 2
Nº de Blogs abiertos: 1
Nº de accidentes de coche: 1

Frieda

Frieda Frida Kahlo era una mujer normal: Se vestía de tehuana, pintaba desde las tripas, amaba su cultura, su familia, sus amigos y a Diego de Rivera y se pasaba el resto del mundo por el arco del Triunfo.

En el 50 aniversario de su muerte, la Tate Modern de Londres le dedica una exposición extensísima. Ella pintó cerca de ciento cincuenta cuadros, de los que se exponen ahora unos ochenta en once salas del museo londinense. Muchos de esos cuadros, no se habían expuesto nunca, porque pertenecen a coleccionistas privados, que los han cedido para la ocasión.

Y no me parece mala ocasión para pasarme por la página de Ryanair y escaparme un fin de semana a Londres... ¿Alguien se viene?

*** Canción del día: "Macorina" de Chavela Vargas ***

FLICKR

FLICKR Es una página con millones de fotografías.

Hay de todo lo que te imagines.

La descubrí por un amigo.

Estoy todo el día viendo imágenes ajenas.

Voyeur total.

Mis fotos favoritas son...

*** Canción del día: "Ana´s song" de Silverchair ***

Presa

Presa Con alas pero sin agujero por el que salir a usarlas, con ilusión sin motivo, con lágrimas de penas interminables.

Estas paredes enjaulan mi alma rebelde. Me retiene el olor de familiaridad de todo esto. La cómoda inercia de lo conocido.

Pero el fantasma de la libertad me silba desde fuera, en forma de viento que podría rozar mi cara, de las hojas que se prenderían en mi pelo, del eco de los búhos guardianes.

Y entonces vuelvo a mirarme y me siento como un cojín (relleno de algo cuyo único sentido es dar forma a lo que lo envuelve). Estoy harta de todo lo que me rodea. Pero el tedio que me acompaña, me dice que también estaría harta de cualquier otra cosa. No es consecuencia el tedio, es un estado por sí mismo. Es un estado pétreo e inamovible. Casi tan pesado como la subjetividad...

Presa

Presa Con alas pero sin agujero por el que salir a usarlas, con ilusión sin motivo, con lágrimas de penas interminables.

Estas paredes enjaulan mi alma rebelde. Me retiene el olor de familiaridad de todo esto. La cómoda inercia de lo conocido.

Pero el fantasma de la libertad me silba desde fuera, en forma de viento que podría rozar mi cara, de las hojas que se prenderían en mi pelo, del eco de los búhos guardianes.

Y entonces vuelvo a mirarme y me siento como un cojín (relleno de algo cuyo único sentido es dar forma a lo que lo envuelve). Estoy harta de todo lo que me rodea. Pero el tedio que me acompaña, me dice que también estaría harta de cualquier otra cosa. No es consecuencia el tedio, es un estado por sí mismo. Es un estado pétreo e inamovible. Casi tan pesado como la subjetividad...

Presa

Presa Con alas pero sin agujero por el que salir a usarlas, con ilusión sin motivo, con lágrimas de penas interminables.

Estas paredes enjaulan mi alma rebelde. Me retiene el olor de familiaridad de todo esto. La cómoda inercia de lo conocido.

Pero el fantasma de la libertad me silba desde fuera, en forma de viento que podría rozar mi cara, de las hojas que se prenderían en mi pelo, del eco de los búhos guardianes.

Y entonces vuelvo a mirarme y me siento como un cojín (relleno de algo cuyo único sentido es dar forma a lo que lo envuelve). Estoy harta de todo lo que me rodea. Pero el tedio que me acompaña, me dice que también estaría harta de cualquier otra cosa. No es consecuencia el tedio, es un estado por sí mismo. Es un estado pétreo e inamovible. Casi tan pesado como la subjetividad...

Presa

Presa Con alas pero sin agujero por el que salir a usarlas, con ilusión sin motivo, con lágrimas de penas interminables.

Estas paredes enjaulan mi alma rebelde. Me retiene el olor de familiaridad de todo esto. La cómoda inercia de lo conocido.

Pero el fantasma de la libertad me silba desde fuera, en forma de viento que podría rozar mi cara, de las hojas que se prenderían en mi pelo, del eco de los búhos guardianes.

Y entonces vuelvo a mirarme y me siento como un cojín (relleno de algo cuyo único sentido es dar forma a lo que lo envuelve). Estoy harta de todo lo que me rodea. Pero el tedio que me acompaña, me dice que también estaría harta de cualquier otra cosa. No es consecuencia el tedio, es un estado por sí mismo. Es un estado pétreo e inamovible. Casi tan pesado como la subjetividad...